La cocina del color
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| "Reflejo" (Óleo y anilina sobre tabla, 26 x 30 cm.) |
Siempre que en una muestra podemos sentir cierta evolución del artista al que observamos nos sentimos en cierto modo agradecidos, halagados, presentes en su mundo dentro del cual crecemos. Digo esto con respecto a la muestra de Margarita Alonso Saiz (Torrelavega, Cantabria, 1959) porque en ella podemos encontrar a dos artistas o visiones distintas.
La primera, más antigua y menos numerosa en esta muestra -coherentemente, ya que se trata de sus últimos trabajos- son una serie de pinturas en las que el tema principal son los ríos y sus contornos. Viniendo de donde viene, no sólo su ciudad sino toda la Cordillera Cantábrica caracterizada por ser la “España húmeda”, el tono dominante en estas composiciones no podía ser otro que el verde. En ellas los tonos de la hierba, del agua en movimiento, los reflejos del cielo, se convierten en una masa, algunas veces totalmente abstractas y otras simplemente viva y en movimiento. Estas obras, aunque muy bien construidas, nos llaman menos la atención que sus nuevos descubrimientos.
Así como en las anteriores buscaba la inspiración en los maravillosos campos que la rodeaban, ahora hace una pintura más cercana, de temas aparentemente intrascendentes, simplemente nos abre su “cocina del color”. Quizás el hecho de que los temas de estos cuadros no entrañen ningún misterio -su iconografía es de todos conocida, no nos cuentan ninguna historia trascendental, no requieren de nosotros mayor atención que un primer vistazo- hace que cobre especial importancia la pintura en sí misma .
Algo para todos tan familiar como unos tomates, unas uvas, unas naranjas o unos frascos, se convierte en un material de experimentación y expresión impresionante. No es que el tema del bodegón sea una novedad en la historia de la pintura, lo que aquí nos llama la atención es que no están tratados como un tema menor, podemos encontrar un gran formato que sea un primer plano de unas uvas; también, aunque sea de pequeño tamaño, la fuerza que imprime a sus protagonistas, el juego de planos y volúmenes, la fuerza con la que está agregando nuevos colores a su paleta, como el rojo que está comenzando a ser protagonista, hace de cada una de estas obras una pintura a la que contemplar largo y tendido.
( Maes Galería de Arte. Doctor Vallejo, 5. Madrid)
Leticia Martín Ruiz
(EL PUNTO DE LAS ARTES, Madrid, 31 de octubre al 7 de noviembre de 2002, p. 12).
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